Hace un año, en la Catedral de Burgos, fuimos ordenados los dos primeros diáconos permanentes de la diócesis por D.Francisco Gil Hellín. Lo hicimos acompañados de tres diáconos ¿transitorios? y tres presbíteros. Fue un gran momento para nosotros. Un momento del que aprendimos que nada iba a ser como esperábamos.
No ha sido un año fácil. El abrir camino y ser los primeros es lo que tiene. Hay que enseñar y aprender muchas cosas. Hay que estar todo el día demostrando lo que no eres y lo que eres. Hay que bregar con incomprensiones, rechazos y desconocimientos. Hay que luchar con siglos de costumbres y tradiciones. Hay formas y lenguajes que duelen aunque no sean producto de la mala intención sino de la falta de adaptación a las nuevas realidades.
Pero junto a estos momentos difíciles también están otros muchos que hacen que el paso que dimos hace un año haya merecido la pena. El cariño