El sábado 17 de mayo de 2014, en la capilla mayor del Seminario Diocesano de San José de Burgos, junto con Luis Renedo y Eduardo Mª Pérez, seminaristas de Burgos, David y Enrique fueron instituidos acólitos por D.Francisco Gil Hellín. Es un paso más camino al presbiterado para Luis y Eduardo Mª y al diaconado para David y Enrique. Junto a ellos, Pablo Andrés Rodríguez, seminarista del Seminario Redemptoris Mater, fue instituido lector.
El acolitado es un paso de acercamiento al altar. Si el lector se pone al servicio de la mesa de la palabra, los acólitos se ponen al servicio de la mesa de la eucaristía. Podemos decir que los acólitos son los camareros encargados de servir la mesa eucarística. Aquellos que preparan la mesa para la celebración del misterio más importante de nuestra fe. Y aquellos que la retiran y limpian tras finalizar la celebración. Son funciones que, en nuestra diócesis, estamos acostumbrados a que sean realizadas por monaguillos y por los presbíteros y nos puede resultar extraño verlas realizadas por otras personas (especialmente laicos y casados), pero que realmente corresponden a los acólitos en ausencia de diáconos según la Instrucción General del Misal Romano (187-193).
Función de los acólitos es también el ayudar a distribuir la comunión al sacerdote, cuando es necesario, como ministro extraordinario de la misma. Y de exponer el Santísimo en ausencia de diácono o presbítero (sin dar la bendición).
De todas formas no debemos caer en la trampa tan de nuestro tiempo que confunde el ser con el hacer. El acólito es un servidor del altar y debe cumplir las funciones que se necesiten en cada momento para el mejor desarrollo de la celebración. Para que la misma sea más fructífera para todos.
Aprovechamos para dar gracias a todos los que ese día nos acompañasteis con vuestra presencia y vuestras oraciones. Gracias a D.Francisco por considerarnos dignos de ser instituidos en este ministerio. Gracias a D.Fernando Arce y a D.Jesús Camarero por su dirección y apoyo. Gracias a toda la comunidad del Seminario de San José en la cual siempre nos sentimos muy bien acogidos. Gracias, como no, a Luis por su coordinación, y a Eduardo María y Pablo Andrés. También agradecemos el apoyo de nuestras comunidades parroquiales encabezadas por sus párrocos: D.Antonio Martínez y D.Pedro Javier Rodríguez.
Y gracias sobre todo y ante todo a Rosario y Mariasun que nos apoyan, sostienen y hacen posible nuestra vocación.
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