En nuestra diócesis, en el seminario san José, durante los días del 6 al 9 de diciembre, hemos tenido el gozo de haber acogido el XXXII Encuentro Nacional del diaconado permanente. Este encuentro, de carácter anual, organizado por la comisión del diaconado permanente de la CEE, tuvo como título El ministerio del diácono: liturgia, palabra y caridad (el programa completo puede verse aquí).
Los días previos, días de preparación, fueron muy intensos para los que formamos la familia diaconal en Burgos. Todo el que ha organizado un acto de este calibre sabe bien que hay mucho trabajo antes, durante y después. Hemos de agradecer a la diócesis, el apoyo que nos ha mostrado, y las ganas por aprovechar la estela del encuentro para dar a conocer el ministerio del diácono en los medios de comunicación diocesanos. Tras la presencia activa en la X Jornada diocesana de pastoral, el pasado 18 de noviembre, y las diversas sesiones de formación permanente al clero diocesano sobre la realidad del diaconado, la información sobre el encuentro en la web diocesana, la revista Sembrar o la cadena de radio Cope ha sido constante. Desde este humilde blog, agradecemos a los que han intervenido en este despliegue informativo, por las constantes muestras de apoyo a nuestro ministerio diaconal y el esfuerzo realizado por dar a conocerlo.
Los días del encuentro en sí ha sido unos días de gracia para nuestra diócesis y para todos los participantes en el mismo: unos ochenta participantes entre diáconos, esposas, presbíteros responsables del diaconado en sus diócesis y los obispos responsables de la comisión del diaconado permanente de la CEE. Justamente los obispos que la integran se estrenaban en esta responsabilidad en este encuentro: D. Francisco Cerro Chaves, obispo de Coria-Cáceres, como presidente, y D. Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo de Toledo y Juan Antonio Aznárez Cobo, obispo auxiliar de Pamplona-Tudela, como miembros. Los diáconos y esposas participantes vinieron de diversas diócesis españolas: León, Santander, Madrid, Getafe, Huelva, Barcelona, Cáceres, Santiago, Alicante, Lérida, Solsona, Sevilla, Jaén, Bilbao, San Sebastián, Tenerife, Valladolid, Málaga, Pamplona, Logroño,... La pluralidad de diócesis participantes enriqueció mucho el encuentro.
Aunque el encuentro comenzó con la acogida y distribución de habitaciones a los participantes, formalmente fue inaugurado por nuestro arzobispo, D. Fidel Herráez, junto con el presidente de la comisión, D. Francisco Cerro. La primera tarde transcurrió con un rato de adoración eucarística, la primera ponencia sobre El servicio de la Liturgia, a cargo de D. Luis García y la celebración de la Santa Misa presidida por D. Francisco Cerro. Más...
La segunda jornada, jueves 7, la más intensa intelectualmente, tuvo comienzo con la Eucaristía, presidida por D. Braulio, y se desarrolló en torno a cuatro momentos clave: las dos ponencias sobre El servicio de la Palabra y El servicio de la Caridad, de D. Santiago del Cura y D. Fernando Fuentes, respectivamente, el enriquecedor testimonio de tres diáconos y el trabajo en grupo de todos los asistentes al encuentro. La jornada culminó con la participación en la Vigilia de la Inmaculada diocesana, presidida por D. Fidel, en la parroquia burgalesa de san Cosme y san Damián. Allí pudimos escuchar el precioso testimonio del diácono D. Joaquín Sánchez, de la diócesis de Santander. Más...
Las dos jornadas últimas del encuentro fueron más centradas en la fraternidad y el turismo. La mañana del día 8 empezó con el rezo de Laudes junto a los seminaristas diocesanos, tras lo cual nos dirigimos a la S.I. Catedral para visitarla. El canónigo D. Alejandro Millán nos acompañó en el recorrido turístico explicando aquellos aspectos más destacados. A continuación participamos en la solemne misa de La Inmaculada, presidida por nuestro arzobispo D. Fidel. Fue un gozo ver a tan buen grupo de diáconos en nuestra catedral
en una misa tan importante del año. Tras reponer fuerzas comiendo una buena olla podrida en los salones de Cáritas diocesana, la tarde turística continuó con la visita a la parroquia de san Gil y al museo diocesano del retablo. La tarde concluyó con el rezo solemne de vísperas junto a la comunidad de salesas de nuestra ciudad. El agotador día terminó junto a la mesa compartiendo los productos típicos traídos por los diáconos participantes desde sus lugares de origen.
El sábado día 9 nos encaminamos al monasterio burgalés de Santa María de las Huelgas. Allí fue un momento especial poder celebrar la eucaristía junto con la comunidad de hermanas cistercienses del monasterio. Tras ello visitamos el propio monasterio, patrimonio nacional, y disfrutamos de su gran historia y arte. La comida en el seminario fue el punto y final al encuentro. Las despedidas a los hermanos diáconos hacia sus lugares de origen fueron a la vez tristes y gozosas. Tristes por la separación hasta una próxima ocasión, gozosas por los momentos tan especiales vividos juntos a estos hermanos de vocación en el servicio a Cristo y su Iglesia.
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