viernes, 1 de mayo de 2015

Noticias diaconales en Burgos

Ordenación de diácono en la Camáldula


Con gran gozo nos unimos a la alegría por la ordenación diaconal en nuestra diócesis del eremita camaldulense Fr. Bernardo, del Yermo de Ntra. Sra. de Herrera, muy cerquita de Miranda de Ebro. La ordenación tuvo lugar el pasado sábado 11 de abril en la iglesia del mencionado monasterio y presidió la celebración el obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño Mons. J.J. Omella. 

En la imagen adjunta podemos ver al obispo D. Juan José Omella imponiendo las manos al ordenando, al secretario-canciller diocesano de la archidiócesis de Burgos D. Ildefonso Asenjo y a miembros de la comunidad camaldulense. 

Desde nuestro humilde blog oramos a Dios por esta querida y escondida en Cristo comunidad camaldulense, para que la bendiga y se vea incrementado el número de vocaciones a esta vida eremítica, tan necesaria siempre para la Iglesia.


El diaconado permanente en la web y revista diocesanas

Con el fin de dar a conocer el diaconado permanente debido a las próximas ordenaciones en la diócesis, la web del arzobispado y la revista Sembrar están publicando diversos artículos divulgativos realizados por el grupo del diaconado permanente de Burgos. A fecha de hoy ya se han publicado en Sembrar dos artículos que tratan sobre la instauración en la diócesis y la formación requerida para ser diácono permanente. En próximos números serán publicados otros dos artículos sobre la historia del diaconado y sobre el propio ministerio (qué es y qué no es el diaconado) respectivamente. Nos complace presentar también aquí los dos artículos ya publicados:

1) Dos padres de familia se forman en Burgos para ser diáconos permanentes al servicio de la diócesis.

El arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, después de escuchar el parecer favorable de sus órganos de consulta -el Consejo Presbiteral y el Consejo pastoral diocesano-, instauró el diaconado permanente en nuestra diócesis el 1 de enero del 2012. Han pasado ya tres años desde entonces, el tiempo necesario para que los primeros hombres que se plantearon su vocación al diaconado permanente hayan completado su formación. Ahora ya están preparados para recibir, cuando Dios quiera, la Ordenación diaconal. Por esta razón la diócesis va a ir dando informando a través de sus órganos de comunicación para dar las explicaciones necesarias ante la novedad que supone para la vida de la Iglesia burgalesa. Con ello se pretende suscitar el interés necesario para conocer bien la vocación al diaconado permanente y compartir con los futuros diáconos su misión pastoral. También se espera que se estimulen así los ánimos de aquellos otros que sientan esta vocación de entrega a Cristo y a su Iglesia. Hoy tenemos dos hombres que han recibido la formación necesaria: Enrique Díez, de 46 años, casado y con tres hijos, y David Jiménez, de 40 años, casado y con dos hijos. Así, en su vida y ministerio conjugarán la vocación matrimonial con la del diaconado permanente. Enrique pertenece a la Parroquia de Quintanilla Vivar, y David pertenece a la Parroquia de Villafría. Su formación recibe asesoramiento por parte de dos sacerdotes responsables: Fernando Arce Santamaría, como director para la formación, y Jesús Camarero Cuñado, como director espiritual y tutor académico. Como se señaló en el Decreto de instauración del diaconado permanente, el arzobispo tomó esta decisión convencido de que el diaconado permanente redundará en el bien espiritual y pastoral de la diócesis de Burgos.

Fuente: http://www.archiburgos.es/2015/04/11/dos-padres-de-familia-se-forman-en-burgos-para-ser-diaconos-permanentes-al-servicio-de-la-diocesis/

2) Formación humana, teológica y espiritual para acceder al diaconado permanente. 

El diaconado es el primer grado del orden sacerdotal y, por lo tanto, como los presbíteros, el diácono debe prepararse para llevar a cabo la misión que le es encomendada.

Durante el primer año, el aspirante al diaconado debe discernir, acompañado del director para el diaconado y del director espiritual, su vocación. Tras este primer año, denominado propedéutico, el aspirante puede solicitar al obispo su admisión a órdenes. Una vez admitido como candidato al diaconado permanente empieza su preparación como diácono. Esta se desarrolla en tres ámbitos: académico, sectorial y espiritual.

Académicamente el candidato debe estudiar la diplomatura en Ciencias Religiosas. Son tres años que se cursan en la Facultad de Teología, preferentemente de forma presencial, aunque pueden realizarse online. El candidato debe tener la formación necesaria para poder acceder a estudios universitarios. El diácono debe estar debidamente formado para responder a las cuestiones teológicas y morales que se le puedan plantear.

Sectorialmente, mediante reuniones periódicas, el candidato recibe una formación más específica a la misión diaconal: analizará los principales documentos sobre el diaconado permanente, conocerá la estructura de la diócesis y las principales delegaciones y sus cometidos, aprenderá las funciones litúrgicas que como diácono va a desempeñar (en la eucaristía, la celebración de la Palabra, el bautismo, el matrimonio, las exequias…), y diferentes aspectos importantes para el diácono (espiritualidad matrimonial, diaconal y sacerdotal). A día de hoy estas reuniones son mensuales.

Respecto a la dimensión espiritual, el candidato nunca debe descuidar su formación en este ámbito. Para ello mensualmente, todos los candidatos y aspirantes, celebran un retiro que les ayuda en su relación con el Señor.

El diaconado no es un reconocimiento o un título honorífico es una vocación y una misión. Para poder ser ordenado como diácono hay que estar debidamente preparado para responder a las preguntas que el mundo te pueda lanzar. Hay que conocer la Iglesia a la que has de servir. Y, sobre todo, hay que formarse para configurarse con Cristo siervo.




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